
Refugio de Luz
por Wes Sanders
por Wes Sanders
Esta pieza nació de caminar. De bajar la mirada, agacharse una y otra vez a recoger ramas de las calles de la Ciudad de México. De mirar lo que otros ignoran. Durante semanas, Wes Sanders acumuló con paciencia esos restos naturales—torcidos, quebrados, imperfectos—para luego tejerlos en algo que recuerda un refugio, pero también un cuerpo, una red, un útero, una ofrenda.
Refugio de Luz parte de una idea sencilla pero poderosa: el impulso de construir abrigo está en nuestros huesos. Antes de cualquier herramienta, lenguaje o ciudad, los humanos buscaron cómo cubrirse, cómo protegerse. Y lo hicieron con lo que había a la mano. Esa sabiduría no se perdió. Sigue viva, aunque no siempre la notamos.
Aquí, las ramas se entrelazan como si respiraran. La luz que brota desde adentro no busca iluminar el espacio, sino recordarnos algo que ya sabíamos: que crear refugio es una necesidad compartida. Que el hogar puede ser temporal, frágil, incluso hecho de lo descartado. Pero cuando se sostiene desde la intención y el gesto, se vuelve sagrado.
Wes no sólo construyó esta instalación con las manos. También lo hizo con la memoria—la suya y la de quienes vinieron antes. Es imposible no pensar en quienes recolectaron ramas siglos atrás, no por arte, sino por sobrevivencia. Esa línea invisible entre el pasado y el presente atraviesa toda la pieza.
Este refugio es también una pregunta: ¿qué estamos cuidando cuando construimos? ¿A quién? ¿Y con qué materiales? No hay respuestas cerradas. Sólo la invitación a entrar, a estar, a sentir que la luz no está puesta para brillar, sino para acompañar.
















“Refugio de Luz” investiga el concepto de sabiduría compartida, enfocándose en el conocimiento ancestral de construir refugios. En el núcleo de la existencia humana yace nuestra capacidad de manipular nuestro entorno para crear un refugio. Durante milenios, los humanos han utilizado materiales de su entorno inmediato—arcilla, piedra, ramas, arena, lianas o pieles de animales—para construir recintos y asegurar un sentido de seguridad. Este conocimiento innato está profundamente arraigado en nuestro ADN.
Mientras recogía cientos de ramas de las calles y parques de la Ciudad de México, reflexioné sobre cuántas veces esta misma acción había sido realizada por mis antepasados.
“Refugio de Luz” es tanto una manifestación física de esta sabiduría profundamente arraigada como una metáfora de cómo nuestros cuerpos la encarnan—en nuestras manos, huesos y sangre. Las ramas rosadas y sinuosas representan tanto la estructura como el cuerpo, con la luz que emana de ellas simbolizando nuestra sabiduría compartida. A medida que estas ramas se conectan, fluyen y se apoyan entre sí, esta pieza nos recuerda nuestra profunda relación con la naturaleza como nuestra proveedora, la innegable fuerza de la comunidad y el impulso interno inherente que todos compartimos para crear “hogar”.
Únete a nosotros para una noche de inspiración y conexión con el arte visionario de Wes Sanders.
Agradecemos a nuestro patrocinador Mezcal Ancestral Dos Pavos @dospavosmezcal por su generoso apoyo.
Mientras recogía cientos de ramas de las calles y parques de la Ciudad de México, reflexioné sobre cuántas veces esta misma acción había sido realizada por mis antepasados.
“Refugio de Luz” es tanto una manifestación física de esta sabiduría profundamente arraigada como una metáfora de cómo nuestros cuerpos la encarnan—en nuestras manos, huesos y sangre. Las ramas rosadas y sinuosas representan tanto la estructura como el cuerpo, con la luz que emana de ellas simbolizando nuestra sabiduría compartida. A medida que estas ramas se conectan, fluyen y se apoyan entre sí, esta pieza nos recuerda nuestra profunda relación con la naturaleza como nuestra proveedora, la innegable fuerza de la comunidad y el impulso interno inherente que todos compartimos para crear “hogar”.
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