Wes Sanders es un artista y diseñador interdisciplinario cuyo trabajo busca replantear nuestras suposiciones sobre el entorno construido. A través de la escultura, la instalación, el diseño de muebles y de exposiciones, él centra la creación de espacios como el vehículo principal para estimular la imaginación, construir comunidad y crear cambios.
Originario de Shepherdstown, Virginia Occidental, un pequeño pueblo enclavado en las colinas ondulantes de los Apalaches, Wes creció en una comunidad muy unida de constructores de estructuras de madera y artesanos que dependen del entorno local para obtener materias primas y de unos a otros para levantar edificaciones. Es esta misma comunidad, que se esfuerza por vivir en armonía con la tierra, la que actúa como guardiana de la ecología local, luchando por la justicia ambiental mientras la producción química y la minería de carbón profanan nuestras montañas y contaminan nuestros cursos de agua. Esta simbiosis entre su comunidad y el medio ambiente impulsa a Wes a crear obras impulsadas por la creación de espacios como un método para construir comunidad y la sostenibilidad como una guía para el buen arte y diseño.
Un hilo conductor en todo su trabajo es la idea de encierro y cómo las intervenciones espaciales provocan una amplia gama de emociones dinámicas, recuerdos y respuestas sensoriales. Situándose en algún lugar en la frontera entre el arte y el diseño, Wes cuestiona nuestra inclinación humana a separar y definir relaciones complejas entre las supuestas dicotomías del espacio doméstico y público, las ideas de interioridad y exterioridad, y lo funcional e impráctico
Originario de Shepherdstown, Virginia Occidental, un pequeño pueblo enclavado en las colinas ondulantes de los Apalaches, Wes creció en una comunidad muy unida de constructores de estructuras de madera y artesanos que dependen del entorno local para obtener materias primas y de unos a otros para levantar edificaciones. Es esta misma comunidad, que se esfuerza por vivir en armonía con la tierra, la que actúa como guardiana de la ecología local, luchando por la justicia ambiental mientras la producción química y la minería de carbón profanan nuestras montañas y contaminan nuestros cursos de agua. Esta simbiosis entre su comunidad y el medio ambiente impulsa a Wes a crear obras impulsadas por la creación de espacios como un método para construir comunidad y la sostenibilidad como una guía para el buen arte y diseño.
Un hilo conductor en todo su trabajo es la idea de encierro y cómo las intervenciones espaciales provocan una amplia gama de emociones dinámicas, recuerdos y respuestas sensoriales. Situándose en algún lugar en la frontera entre el arte y el diseño, Wes cuestiona nuestra inclinación humana a separar y definir relaciones complejas entre las supuestas dicotomías del espacio doméstico y público, las ideas de interioridad y exterioridad, y lo funcional e impráctico
“Refugio de Luz” investiga el concepto de sabiduría compartida, enfocándose en el conocimiento ancestral de construir refugios. En el núcleo de la existencia humana yace nuestra capacidad de manipular nuestro entorno para crear un refugio. Durante milenios, los humanos han utilizado materiales de su entorno inmediato—arcilla, piedra, ramas, arena, lianas o pieles de animales—para construir recintos y asegurar un sentido de seguridad. Este conocimiento innato está profundamente arraigado en nuestro ADN.
Mientras recogía cientos de ramas de las calles y parques de la Ciudad de México, reflexioné sobre cuántas veces esta misma acción había sido realizada por mis antepasados.
“Refugio de Luz” es tanto una manifestación física de esta sabiduría profundamente arraigada como una metáfora de cómo nuestros cuerpos la encarnan—en nuestras manos, huesos y sangre. Las ramas rosadas y sinuosas representan tanto la estructura como el cuerpo, con la luz que emana de ellas simbolizando nuestra sabiduría compartida. A medida que estas ramas se conectan, fluyen y se apoyan entre sí, esta pieza nos recuerda nuestra profunda relación con la naturaleza como nuestra proveedora, la innegable fuerza de la comunidad y el impulso interno inherente que todos compartimos para crear “hogar”.
Únete a nosotros para una noche de inspiración y conexión con el arte visionario de Wes Sanders.
Agradecemos a nuestro patrocinador Mezcal Ancestral Dos Pavos @dospavosmezcal por su generoso apoyo.
Mientras recogía cientos de ramas de las calles y parques de la Ciudad de México, reflexioné sobre cuántas veces esta misma acción había sido realizada por mis antepasados.
“Refugio de Luz” es tanto una manifestación física de esta sabiduría profundamente arraigada como una metáfora de cómo nuestros cuerpos la encarnan—en nuestras manos, huesos y sangre. Las ramas rosadas y sinuosas representan tanto la estructura como el cuerpo, con la luz que emana de ellas simbolizando nuestra sabiduría compartida. A medida que estas ramas se conectan, fluyen y se apoyan entre sí, esta pieza nos recuerda nuestra profunda relación con la naturaleza como nuestra proveedora, la innegable fuerza de la comunidad y el impulso interno inherente que todos compartimos para crear “hogar”.
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